Te hago llegar unos primeros y centrales comentarios sobre cómo el deporte, el ejercicio físico ha sido un aliado excepcional en mis tareas de composición y sobre todo como apoyo al trabajo de técnica de piano. La práctica habitual de deporte me ha ayudado desde hace años a mantener largas jornadas de trabajo y a prevenir molestas dolencias musculares y articulares. Las ideas y experiencias que te traslado son el resultado de esta práctica asidua así como el estudio de literatura afín.
Al igual que me ocurrió con la alimentación, mis conocimientos en este campo no siempre los he aplicado en mi beneficio. Han tenido que surgir los problemas para darme cuenta de la importancia de implementarlos en mi día a día: dolores de cuello, espalda,…..
Además te saco a la luz errores que he cometido y de los cuales he sacado interesantes enseñanzas. Espero poderte ser de utilidad.
Los que practicamos deporte de forma habitual como estilo de vida, nos damos cuenta a lo largo del tiempo que todos aquellos beneficios que hemos visto transcritos en literatura al respecto, se hacen realidad en nosotros mismos. Éstas las podríamos sintetizar en: tonifica y fortalece los músculo esqueléticos, el corazón, da densidad a los huesos, reduce la presión arterial, mejora la circulación, aumenta nuestra capacidad pulmonar, incrementa nuestra velocidad, nuestra fuerza y potencia, contribuye a disminuir grasa corporal, ayuda a eliminar toxinas, reduce el estrés, genera estados de relajación y sensaciones placenteras tras su práctica. En resumen, tres grandes beneficios: nos ayuda a preservar nuestra juventud, salud y potencia nuestra creatividad.
Desde hace años he podido ir advirtiendo en mí los diferentes y sinérgicos beneficios que aportan dos tipos básicos de entrenamiento, así que he intentado combinar en mis rutinas semanales ejercicio aeróbico y anaeróbico
Simplificando mucho podríamos citar algunos ejemplos de ejercicio aeróbico: correr, nadar, montar en bici, esquiar, caminar remar, saltar a la cuerda, o bailar, entre otros.
Ejemplos de entrenamientos anaeróbicos podrían ser: hacer pesas, carreras de velocidad, tenis, salto, y en general actividades que requieran gran esfuerzo en cortos periodos de tiempo.
La ciencia nos muestra que no. Cada estilo genera sus propios beneficios para el cuerpo y para la mente. Es por esto que siempre estoy atento en ir alternando y mezclando los tipos de deporte. Opino que una un estilo de vida basado en el deporte requiere ambos para conseguir un estado de forma óptimo.
Aeróbico significa “con oxígeno” y llevado este término a la práctica, quiere decir que cuando realizamos un deporte de baja o media intensidad, de esfuerzo leve o medio, nuestro cuerpo usa el oxígeno para quemar la glucosa (el azúcar) y nuestra grasa para generar la energía que mueve nuestros músculos.
Muy fácil. Cuando nacemos, nuestro corazón puede latir a un ritmo máximo de 220 pulsaciones por minuto. Cada año, a nuestro corazón se le cae un latido de este máximo. Por tanto si a 220 le restamos nuestra edad ¿qué tendremos? : el número de latidos máximos que puede dar nuestro corazón hoy. Pues bien. Un ejercicio aeróbico es el que se mueve entre el 55% y el 75% de nuestras pulsaciones máximas hoy.
Así que si salimos a correr, nadar, montar en bici, esquiar, caminar o remar, saltar a la cuerda, o bailar, mientras que nuestras pulsaciones estén en esa franja, estamos realizando un ejercicio aeróbico y obteniendo una parte de todos esos beneficios de los que hablábamos al principio: “tonifica los músculos, el corazón, reduce la presión arterial, mejora la circulación, aumenta nuestra capacidad pulmonar, contribuye a disminuir grasa corporal, ayuda a eliminar toxinas, reduce el estrés, genera estados de relajación y sensaciones placenteras tras su práctica”.
Significa “sin presencia de oxígeno”. Si a cualquier ejercicio aeróbico le elevamos la intensidad hasta un punto en el que nuestro cuerpo necesita más oxígeno para quemar la glucosa o las grasas del que podemos aportar, el cuerpo pone en marcha otra forma de generar energía. Esta nueva forma no se necesita oxígeno para producir energía porque la energía proviene de fuentes inmediatas que no necesitan ser oxidadas por él. Por tanto, este sistema de generación de energía lo ponemos en marcha cuando subimos la intensidad de nuestro ejercicio a un nivel alto o muy alto.
Con el sistema de cálculo visto, cuando nuestro corazón lo obligamos a latir por encima del 80% de nuestras pulsaciones máximas estamos haciendo un ejercicio anaeróbico. Por supuesto, a este ritmo no podemos aguantar mucho tiempo y enseguida bajamos nuestra cadencia para descansar, recuperarnos y recargar energías; volvemos así de nuevo a subir las pulsaciones. Es un proceso intermitente de picos y valles.
Por tanto si hacemos pesas, carreras de velocidad, tenis, y en general actividades que requieran gran esfuerzo en cortos tramos de tiempo, estamos obteniendo la otra parte de los beneficios que veíamos al principio: “fortalece los músculos, da densidad a los huesos, incrementa nuestra velocidad, nuestra fuerza y potencia, reduce el estrés, genera estados de relajación y sensaciones placenteras tras su práctica”.
Ha habido épocas en mi vida en las que me he centrado en un solo tipo de ejercicio pero a largo plazo, esto me ha pasado factura con problemas articulares y musculares por falta de musculatura, o viceversa, falta de fondo físico por haberme concentrado más en ejercicios anaeróbicos habiendo desechado los aeróbicos.
Considero que la alternancia de ambos durante la semana y hasta incluso la mezcla de ambos en la misma sesión con entrenamientos cortos e intensos pero sin dejar que nuestras pulsaciones bajen en ningún momento del 55%, es muy beneficiosa para conseguir todos los beneficios que genera la actividad física.
Pienso que el hecho de que tras largas jornadas de trabajo en técnica de piano no tenga dolores de lumbares, espalda, hombros ni brazos, se debe a este equilibrio en los entrenamientos. Por esto opino que puede ser beneficioso para aquella persona que se encuentre ante situaciones parecidas.
Tras periodos donde resté importancia a los calentamientos y estiramientos y después de recibir los negativos resultados con pequeñas lesiones y dolencias, me convencí de que ambos eran claves si queremos estar sanos a largo plazo.
¿Quién en su sano juicio arranca el coche en frío por la mañana y acelera sin control? No le daremos tiempo a los lubricantes a llegar a las zonas críticas. El cuerpo es igual.
Por otro lado, cuando terminamos de ejercitar un músculo, las fibras musculares de éste se quedan contraídas. Si no las estiramos, tras sucesivos entrenamientos terminaremos agarrotados. Esto nos generará problemas, dolores y lesiones.
En conclusión, opino que para afrontar con éxito y sin molestias largas jornadas de técnica pianística así como disponer de un estado de relajación y bienestar que promueva estados creativos, la práctica de deporte aeróbico, anaeróbico con sus calentamientos previos y estiramientos al terminar pueden ayudar a muchas personas al igual que me ha ayudada a mí.
En próximos post seguiremos hablando de Deporte y Música.
Al igual que me ocurrió con la alimentación, mis conocimientos en este campo no siempre los he aplicado en mi beneficio. Han tenido que surgir los problemas para darme cuenta de la importancia de implementarlos en mi día a día: dolores de cuello, espalda,…..
Además te saco a la luz errores que he cometido y de los cuales he sacado interesantes enseñanzas. Espero poderte ser de utilidad.
¿ Por qué es bueno practicar deporte, hacer ejercicio físico?
Los que practicamos deporte de forma habitual como estilo de vida, nos damos cuenta a lo largo del tiempo que todos aquellos beneficios que hemos visto transcritos en literatura al respecto, se hacen realidad en nosotros mismos. Éstas las podríamos sintetizar en: tonifica y fortalece los músculo esqueléticos, el corazón, da densidad a los huesos, reduce la presión arterial, mejora la circulación, aumenta nuestra capacidad pulmonar, incrementa nuestra velocidad, nuestra fuerza y potencia, contribuye a disminuir grasa corporal, ayuda a eliminar toxinas, reduce el estrés, genera estados de relajación y sensaciones placenteras tras su práctica. En resumen, tres grandes beneficios: nos ayuda a preservar nuestra juventud, salud y potencia nuestra creatividad.
¿Cómo podemos conseguir estos beneficios?
Desde hace años he podido ir advirtiendo en mí los diferentes y sinérgicos beneficios que aportan dos tipos básicos de entrenamiento, así que he intentado combinar en mis rutinas semanales ejercicio aeróbico y anaeróbico
Simplificando mucho podríamos citar algunos ejemplos de ejercicio aeróbico: correr, nadar, montar en bici, esquiar, caminar remar, saltar a la cuerda, o bailar, entre otros.
Ejemplos de entrenamientos anaeróbicos podrían ser: hacer pesas, carreras de velocidad, tenis, salto, y en general actividades que requieran gran esfuerzo en cortos periodos de tiempo.
Los ejercicios aeróbicos y anaeróbicos, ¿consiguen los mismos beneficios?
La ciencia nos muestra que no. Cada estilo genera sus propios beneficios para el cuerpo y para la mente. Es por esto que siempre estoy atento en ir alternando y mezclando los tipos de deporte. Opino que una un estilo de vida basado en el deporte requiere ambos para conseguir un estado de forma óptimo.
¿Qué características tiene el ejercicio aeróbico?
Aeróbico significa “con oxígeno” y llevado este término a la práctica, quiere decir que cuando realizamos un deporte de baja o media intensidad, de esfuerzo leve o medio, nuestro cuerpo usa el oxígeno para quemar la glucosa (el azúcar) y nuestra grasa para generar la energía que mueve nuestros músculos.
¿Cómo podemos saber si estamos realizando ejercicio aeróbico?
Muy fácil. Cuando nacemos, nuestro corazón puede latir a un ritmo máximo de 220 pulsaciones por minuto. Cada año, a nuestro corazón se le cae un latido de este máximo. Por tanto si a 220 le restamos nuestra edad ¿qué tendremos? : el número de latidos máximos que puede dar nuestro corazón hoy. Pues bien. Un ejercicio aeróbico es el que se mueve entre el 55% y el 75% de nuestras pulsaciones máximas hoy.
Así que si salimos a correr, nadar, montar en bici, esquiar, caminar o remar, saltar a la cuerda, o bailar, mientras que nuestras pulsaciones estén en esa franja, estamos realizando un ejercicio aeróbico y obteniendo una parte de todos esos beneficios de los que hablábamos al principio: “tonifica los músculos, el corazón, reduce la presión arterial, mejora la circulación, aumenta nuestra capacidad pulmonar, contribuye a disminuir grasa corporal, ayuda a eliminar toxinas, reduce el estrés, genera estados de relajación y sensaciones placenteras tras su práctica”.
¿Qué características tiene el ejercicio anaeróbico?
Significa “sin presencia de oxígeno”. Si a cualquier ejercicio aeróbico le elevamos la intensidad hasta un punto en el que nuestro cuerpo necesita más oxígeno para quemar la glucosa o las grasas del que podemos aportar, el cuerpo pone en marcha otra forma de generar energía. Esta nueva forma no se necesita oxígeno para producir energía porque la energía proviene de fuentes inmediatas que no necesitan ser oxidadas por él. Por tanto, este sistema de generación de energía lo ponemos en marcha cuando subimos la intensidad de nuestro ejercicio a un nivel alto o muy alto.
¿Cómo podemos saber si estamos haciendo un ejercicio anaeróbico?
Con el sistema de cálculo visto, cuando nuestro corazón lo obligamos a latir por encima del 80% de nuestras pulsaciones máximas estamos haciendo un ejercicio anaeróbico. Por supuesto, a este ritmo no podemos aguantar mucho tiempo y enseguida bajamos nuestra cadencia para descansar, recuperarnos y recargar energías; volvemos así de nuevo a subir las pulsaciones. Es un proceso intermitente de picos y valles.
Por tanto si hacemos pesas, carreras de velocidad, tenis, y en general actividades que requieran gran esfuerzo en cortos tramos de tiempo, estamos obteniendo la otra parte de los beneficios que veíamos al principio: “fortalece los músculos, da densidad a los huesos, incrementa nuestra velocidad, nuestra fuerza y potencia, reduce el estrés, genera estados de relajación y sensaciones placenteras tras su práctica”.
¿ Cuál es la combinación ideal?
Ha habido épocas en mi vida en las que me he centrado en un solo tipo de ejercicio pero a largo plazo, esto me ha pasado factura con problemas articulares y musculares por falta de musculatura, o viceversa, falta de fondo físico por haberme concentrado más en ejercicios anaeróbicos habiendo desechado los aeróbicos.
Considero que la alternancia de ambos durante la semana y hasta incluso la mezcla de ambos en la misma sesión con entrenamientos cortos e intensos pero sin dejar que nuestras pulsaciones bajen en ningún momento del 55%, es muy beneficiosa para conseguir todos los beneficios que genera la actividad física.
Pienso que el hecho de que tras largas jornadas de trabajo en técnica de piano no tenga dolores de lumbares, espalda, hombros ni brazos, se debe a este equilibrio en los entrenamientos. Por esto opino que puede ser beneficioso para aquella persona que se encuentre ante situaciones parecidas.
¿ Qué importancia tiene el calentamiento y el estiramiento?
Tras periodos donde resté importancia a los calentamientos y estiramientos y después de recibir los negativos resultados con pequeñas lesiones y dolencias, me convencí de que ambos eran claves si queremos estar sanos a largo plazo.
¿Quién en su sano juicio arranca el coche en frío por la mañana y acelera sin control? No le daremos tiempo a los lubricantes a llegar a las zonas críticas. El cuerpo es igual.
Por otro lado, cuando terminamos de ejercitar un músculo, las fibras musculares de éste se quedan contraídas. Si no las estiramos, tras sucesivos entrenamientos terminaremos agarrotados. Esto nos generará problemas, dolores y lesiones.
En conclusión, opino que para afrontar con éxito y sin molestias largas jornadas de técnica pianística así como disponer de un estado de relajación y bienestar que promueva estados creativos, la práctica de deporte aeróbico, anaeróbico con sus calentamientos previos y estiramientos al terminar pueden ayudar a muchas personas al igual que me ha ayudada a mí.
En próximos post seguiremos hablando de Deporte y Música.
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